Universidad
de los Andes
Facultad
de Humanidades y Educación
Escuela
de Educación
Mención:
Básica Integral
Animación pedagógica, formación estética y artes escénicas
Arte y expresión
Prof. Betty Osorio
Animador
pedagógico:
Yenddy Sosa
Grupo 5
Técnica
máscaras
Formación
estética corporal
28
de junio de 2012
Introducción
Para
la práctica educativa es de suma importancia conocer y manejar el rol de
docente como un animador pedagógico, un docente que busque los medios para
hacer emerger el potencial creativo que tiene cada ser humano.
El ‘’docente
modelo’’ es aquel que busca integrar los distintos elementos que influyen en el
educando, desde sus aspectos o dimensiones como ser biopsicosocial como
elementos bases para conocer y participar dentro de una comunidad (valores y
actitudes).
El
animador pedagógico busca crear hábitos de investigación, de indagación al
tiempo que motiva e invita a continuar y descubrir por sí mismo, de manera que
el educando aprenda a dirigir su aprendizaje y comparta sus conocimientos a partir
de lo aprendido.
La animación
pedagógica:
La relación educativa puede ser ejercida de formas
muy diferentes. Hasta hace pocos años, las modalidades se extendían dentro de
la alternativa rígida entre pedagogía autoritaria, sin tener demasiado en
cuenta la libertad e iniciativa del educando, y pedagogía permisiva, apoyada en
la sola espontaneidad y creatividad. Hoy, el concepto de animación ha roto ese
cerco, introduciendo la posibilidad de creer en el individuo y en su capacidad
de autorregeneración, sin renunciar a las exigencias de una relación educativa,
autorizada y propositiva.
La sensibilidad educativa actual tiende a
considerar a la persona como sujeto y protagonista en su propio crecimiento, y
encuentra en la animación su mejor traducción pedagógica. Existe la convicción
de que la persona se mueve desde dentro, en base a sus propias fuerzas de
superación, y no tanto por imposiciones externas.
Hablar de
animación es hacer referencia a una opción antropológica y metodológica, que
tiene como fin el crecimiento de la persona, haciéndola progresivamente
responsable de la propia maduración. Educar en el estilo de la animación
significa crear relaciones educativas
que potencian a la persona y a sus capacidades, y la hacen sujeto activo,
consciente y responsable de los procesos que influyen en su propio crecimiento.
La animación representa una modalidad educativa
que valora y tiene en cuenta tanto los dinamismos interiores de la persona,
como las adecuadas intervenciones educativas que contribuyen a suscitarlos.
1. El significado
de la animación
Para comprender mejor la función educativa de la
animación, es bueno precisar antes qué entendemos cuando hablamos de animación.
1.1. Diversos
usos sociales
El uso común y espontáneo de la palabra animación
hace pensar en una actividad útil para ayudar a la gente a superar el
aburrimiento y la angustia del tiempo libre. Así, por ejemplo, se anima una
velada, una discusión, etc.
Otra concepción sitúa la animación entre las
actividades a través de las cuales se estimula la capacidad creativa de las
personas. Surgen, entonces, talleres de animación para enseñar pintura,
cerámica, teatro, etc.
Otra variante es la aplicación de este concepto a
la zona o territorio ambiental. Animar, en este caso, supone una intervención
directa sobre la zona para garantizar las condiciones que favorecen la
realización de las personas. Éste es el caso del animador de calle y de los monitores
de diversas actividades.
Una visión más madura de animación proviene de los
estudios psicosociales sobre los grupos humanos. Se trata aquí de adaptar a los
diversos tipos de grupos, las técnicas y dinámicas que favorecen procesos de
aprendizaje, relación y maduración de sus miembros. Según esto, la animación
tiende a coincidir con la dinámica y terapia de grupo.
Esta variedad y amplitud de significados da a
entender la complejidad de la palabra y los diversos niveles de comprensión que
incluye. Pero podemos reconocer que la variedad de usos se apoya en un
significado fundamental que se mantiene: se trata de despertar e implicar la
parte más consciente y libre de la persona en los procesos que la afectan, ya
sean personales, culturales o sociales.
1.2. Las raíces
lingüísticas
El mismo término animación, en su significado
originario, según el Diccionario de la Real Academia, indica "la acción de
infundir ánimo, valor o energía". La expresión se enriquece, si
consultamos la palabra animar, verbo del que se deriva y al que hace
referencia. El Diccionario presenta diversos significados, entre ellos,
"vivificar el alma al cuerpo", "infundir energía moral a
uno", "tratándose de cosas inanimadas, comunicarles mayor vigor,
intensidad y movimiento". De esas acepciones se puede deducir que animar
significa tanto dar vida a los vivientes, como a las cosas inanimadas. Asi, por
ejemplo, un instrumento musical puede ser animado por quien lo usa, como
también una persona puede transmitir a otro los propios sentimientos e ideas o
estimularle a la acción.
Por las raíces lingüísticas, la palabra animación
se enlaza con el significado de alma, o sea, de un principio interior de vida,
e indica la actividad mediante la cual la vida es infundida en el hombre y en
las cosas.
El denominador común es la vida y desde dentro,
todo lo contrario al sentido de imposición desde fuera, de manipulación o
represión.
2. El uso
educativo de la animación
Otro uso de la animación es el que hace referencia
al ámbito formalmente educativo: la animación como estilo de educación (M. L.
MONERA 1985,34). La animación se entiende entonces como un original estilo
educativo, que tiene la finalidad de ayudar a madurar a las personas y a los
grupos, activando un proceso de crecimiento y promoción liberadora. Un concepto
de animación, que recurre a los resortes interiores de la persona, implica su
responsabilidad y la hace sujeto activo, crítico y creativo de los procesos
culturales y sociales en los que vive y por los que se siente afectada.
2.1. Una
necesidad cultural y social
El tema de la animación y sus implicaciones
educativas se hace urgente, sobre todo hoy, cuando la persona, envuelta con
frecuencia en los rápidos cambios socioculturales, se arriesga a quedarse sin raíces,
sin referencias históricas y culturales, y expuesta más fácilmente a la
alienación.
En una sociedad, en la que se hace cada vez más
frecuente el riesgo de la masificación, emerge, casi como por contraste, una
nueva conciencia de la dignidad de la persona y de su protagonismo social
frente a las estructuras y a las instituciones.
Algunos fenómenos de la crisis actual hacen ver la
importancia de asumir la metodología de la animación en los procesos educativos
de la persona (M. POLLO 1986,27). La crisis de identidad cultural y la
deficiencia de los cauces de transmisión de la cultura (familia, escuela,
iglesia) hacen que el hombre se encuentre indefenso y con dificultad para
alcanzar un sentido de pertenencia a un patrimonio cultural común. La crisis de
la relación social aumenta la distancia entre el individuo y las instituciones
sociales, provocando la tendencia de las personas a encerrarse en el propio
ámbito privado y en la búsqueda de sus propios intereses. La crisis de puntos
de referencia normativos en torno a una jerarquía de valores ha instaurado un
proceso de relativización, que ha desembocado en la pérdida de ideales y en un
pragmatismo eficientista en el vivir diario.
Utilizar la metodología de la animación es
empeñarse en hacer a la persona protagonista de su propio crecimiento y capaz
de participar en la construcción de la cultura y de la historia, mediante la
inserción crítica y constructiva en el propio ambiente.
La función de la animación hace referencia a esos
procesos a través de los cuales el individuo crece como persona y se inserta
creativa y responsablemente en la vida social. Los procesos culturales que
afectan a las personas pueden desarrollarse muchas veces en contradicción o dificultando
el crecimiento de los individuos; de ahí que la función de la animación sea el
favorecer la convergencia unitaria y armónica de esos tres procesos en un
proceso de maduración y liberación de los individuos que viven en una determinada
sociedad y cultura.
La animación hace posible que esos procesos
liberen al máximo la capacidad creativa
de la persona, favorezcan su participación, desarrollen su capacidad crítica y
hagan crecer su autonomía y su sentido ético. La animación impide que esos
procesos se limiten a una aceptación pasiva de contenidos o normas y que
generen conformismo, pasividad y dependencia.
2.2. El sentido
educativo de la animación
Hay una serie de elementos, que ayudan a precisar
mejor el significado y el sentido educativo de la animación:
La animación no es un contenido o un proceso más
de transmisión de la cultura, sino una cualidad, un modo de dar forma y de
organizar los procesos de inculturación, socialización y educación. No es una
acción concreta, sino un estilo de hacer, propio de toda actividad relacionada
con el crecimiento o el desarrollo de cuanto posee gérmenes de vida.
·
En un sentido más estricto, hablamos de animación como de una actividad
intencional y metódica, que procede por pasos ordenados y lógicos, y pretende
una finalidad muy concreta; capacitar a las personas y a los grupos como
sujetos conscientes y activos de los procesos sociales y culturales en los que
están implicados y que configuran su vida diaria.
El concepto educativo de animación, por tanto,
quiere expresar la movilización de todas las energías de un ambiente, de un
grupo o de una persona. Y el animadores aquél que ayuda a entablar relaciones,
despierta las energías de creatividad latentes, of rece elementos de juicio,
hace tomar conciencia de las situaciones y no deja que los procesos formativos
se detengan. El adjetivo que se agrega a la animación indica los recursos que
se pretende mover; y por eso se habla de animación cultural, social, deportiva,
espiritual, etc.; la característica de todas ellas es hacer al sujeto
responsable principal de los procesos que lo atañen.
3. La
animación como modelo educativo
La animación representa la modalidad más típica de
la educación. La animación es el estilo con que se educa y abarca todos sus
contenidos, proceso y metodología. Educar desde la animación supone entender
que el verdadero cambio brota del interior de la persona, según ella se oriente
en libertad hacia un proyecto de vida. El educador puede incidir en el
ambiente, proponer un modelo de vida y un cuadro de valores, pero es el joven,
sujeto y protagonista de su desarrollo, quien ha de interiorizarlo. El estilo y
el método de la animación lo hacen posible.
3.1 En el proceso educativo
Cualquier proceso --técnico, científico o político--
responde a un proyecto previo. Concretar objetivos, metas, itinerarios,
opciones a tomar, contribuye a facilitar y coordinar los trabajos en cualquier
campo de la vida, también en el proyecto educativo; no se puede andar con
improvisaciones.
Hablamos de proceso educativo, entendiendo en él
la organización pedagógica de contenidos y experiencias para llevar a una
persona, mediante fases progresivas, de un estado de inmadurez a metas educativas
más avanzadas (J. VECCHI 1986,20). Inherentes a la idea de proceso son la
ordenación, la progresividad, el tiempo, los objetivos intermedios y el estado
final.
El proceso educativo asume los principios de la
animación, cuando tiene en cuenta algunos elementos:
· La consideración y el interés por toda la
persona del joven, en una concepción integral de maduración humana y cristiana.
Eso se traduce pedagógicamente en un camino concreto de crecimiento personal,
que asume todos los recursos, valores y riquezas de la persona y los unifica en
un proyecto unitario.
· El colocar en recíproca profundización y
comunicación los intereses e interrogantes vitales de los jóvenes y las
propuestas y experiencias de valores educativos. Se trata de profundizar esas
experiencias juveniles según el valor educativo de las mismas, abriéndolas a
interrogantes más profundos de sentido y de vida, y llegando a un anuncio
explicito que responda y amplíe esa búsqueda.
"La noción de educador tiende a ser
reemplazada por la de animador, más dinámica y viva. Mientras que en
otro tiempo el educador era a menudo considerado como el que sabía y detentaba
un potencial de valores, que dispensaba de un modo paternalista a aquéllos de
quienes se ocupaba, actualmente se tiende a sustituir esa imagen por un perfil
muy diferente. Se trata de un personaje real y desmitificado, más próximo a los
jóvenes, cuyo papel esencial consiste, no ya exclusivamente en enseñar, sino en
hacer descubrir" (E. LIMBOS 1975,19).
4. Las artes
escénicas:
Las artes escénicas son el estudio y práctica de un
conjunto de expresiones que requieren representación y un público que la
reciba. Las artes escénicas constituyen una forma de arte vivo y efímero. Las
artes escénicas básicamente comprenden el teatro, la danza y la música.
Se entiende por artes escénicas al estudio
y la práctica de toda forma de expresión que requiera de una representación,
como el teatro, la música o la danza, incluyendo la organización espacial y el
espectáculo. Es una forma de arte efímera y viva, que requiere de un público
para completar la comunicación.
Las artes escénicas se pueden distinguir entre
teatro (y sus variantes: dramático, de pantomima, cabaret, etc.), danza
(clásica, moderna, ballet, etc), música (de cámara, moderna, etc.).
4.1 Surgimiento
del teatro y las artes escénicas:
Las más remotas formas de las artes escénicas son
la música y la danza, son manifestaciones dramáticas que los magos de las
tribus representaban en la prehistoria, con el fin de ahuyentar a los espíritus
malignos, etc.
Una de las principales ramas de las artes
escénicas es el teatro, que es la representación de historias frente a un
auditorio, empleando una combinación de técnicas, discurso, gestualidad,
escenografía, música. También se considera al género literario que contempla la
representación escrita de las obras teatrales.
El teatro nace como evolución de rituales mágicos
relacionados con la caza, a los que se incorporó la música y la danza,
constituyendo el origen de las artes escénicas en las que se rendía culto a los
dioses y se demostraban los principios espirituales de la comunidad.
El teatro occidental surge en Atenas, entre los
siglos VI y V aC, en un foso de forma cóncava (que protegía del viento frío y
del calor del sol), donde se celebraban los ritos en honor a Dionisos, los
cuales evolucionaron en el teatro. Cada ciudad griega tenía su teatro.
4.2 El gesto
corporal
Se refiere al conjunto de movimientos que debe
realizar el actor con mucha naturalidad, para que la acción sea lo más real
posible en el momento de ejecutarla. El gesto corporal es el conjunto de movimientos
del cuerpo, los gestos expresivos de cara y manos. La gesticulación, también forma parte del
gesto corporal como complemento del habla en la transmisión de un mensaje.
Muchas personas acompañan sus explicaciones con gestos de brazos y manos. En el
lado izquierdo se puede ver una persona haciendo diversas expresiones faciales.
El gesto corporal no sólo depende de las
expresiones faciales, aunque éstas juegan un papel muy importante, también el
movimiento del cuerpo expresa sentimientos. Por ejemplo, una persona que se ríe
sólo con la cara y no el cuerpo, transmite sólo el sentimiento de alegría más
no de felicidad. Existen gestos corporales que sin necesidad de ir acompañados
de palabras dicen mucho, como mostrarle a alguien el puño, esto denota rabia y
agresividad. La forma de caminar es muy importante, cada persona tiene una
manera de caminar, y ésta a veces depende del tipo de trabajo que realiza, el
tamaño del cuerpo, su peso, sexo o edad.
En el baile la expresión corporal juega un papel
muy importante. El movimiento de
caderas, pies, manos, brazos y piernas deben estar en ritmo con la música y
expresar lo que la letra y música están transmitiendo. La sincronización entre
bailarines es también importante para dar al espectador un sentimiento de balance
y armonía.
4.3 La voz
Uno de los recursos más importantes es la voz.
Ésta debe estar en relación con lo que se dice, con el sentimiento, cómo se
dice y a quién va dirigido el diálogo.
El actor no puede hablar siempre con el mismo tono y ritmo, ya que esto
cansaría al público. Se debe modular y adecuar la voz al lugar, espacio o
personaje, aumentando o disminuyendo el volumen. La articulación de las
palabras es un factor importante para evitar que los espectadores pierdan el
contenido de los diálogos, la conversación entre los personajes, o monólogos,
donde el personaje piensa en voz alta. Es importante utilizar la voz adecuada para cada personaje
y para cada situación.
El mismo personaje determina como debe ser la voz,
su edad, nivel educativo, cultura, trabajo, sexo o hasta país de origen
4.4 El espacio
Éste se refiere al lugar de la presentación, está
compuesto por el escenario donde se realiza la acción y la sala o auditorio. La
ornamentación o decorado, la iluminación y la acústica o sonido, deben ser
elegidos con mucho cuidado, de tal manera que entre ellos haya perfecta
armonía. El ensamblaje de estos elementos con la obra debe ser perfecto, la
escenografía o el decorado tiene que ser como la prolongación del personaje.
4.5 El tiempo
escénico
Es el contenido de la obra, se distribuye en actos
y estos en cuadros y escenas. El acto es
cada una de las grandes partes en que se divide una obra teatral. El cuadro
está formado por la sucesión de los hechos realizados sin cambiar decorado; y
la escena, es la parte del acto en que actúa uno o varios personajes hasta que
llega otro u otros al lugar de la acción. La distribución del tiempo en actos
cuadros y escenas debe estar bien graduada a fin de crear un ambiente de
interés constante y evitar la monotonía.
El baile y la danza también forman parte de las artes escénicas, en
ellas también se ponen de manifiesto los elementos expresivos que se señalaron
arriba y el correspondiente vestuario. El vestuario debe estar de acuerdo con
el tipo de baile y personaje (si así lo requiere) según la acción que se
desarrolla.
5. Formación
estética corporal:
La expresión corporal o lenguaje del cuerpo es una
de las formas básicas para la comunicación humana; ya que muchas personas lo
utilizan para el aprendizaje.
Como material educativo, la expresión corporal se
refiere al movimiento, con el propósito de favorecer los procesos de
aprendizaje, estructurar el esquema corporal, construir una apropiada imagen de
sí mismo, mejorar la comunicación y desarrollar la creatividad. Su objeto de
estudio es la corporalidad comunicativa en una relación: estar en movimiento en
un tiempo, un espacio y con una energía determinada. Estos procesos son los que
se ponen en juego para el desarrollo de la creatividad expresiva aplicada a cualquiera
de los lenguajes.
Como expresión
artística se basa en la forma en que se interpreta emociones por medio de
nuestros movimientos: inconsciente y conscientemente, se caracteriza por la
disciplina que lleva a expresar emociones. El propósito principal es sentir
libertad en la ejecución de cada movimiento artístico basado en los
sentimientos que quieren expresar, ejemplo: si se quiere hacer una ejecución de
éstas, se utiliza la creatividad para inventar formas y movimientos, además de
que tienen que sentirse en completa libertad.
Por último es la corporación, que se utiliza como
la única comunicación a través de los movimientos del cuerpo. Siempre debemos
estar seguros de nosotros mismos. Nos sirve para poder comunicarnos sin usar el
lenguaje oral como con las personas con discapacidades auditivas y visuales,
que utilizando sus manos logran un muy efectivo medio de comunicación.
Conclusión
Las
artes escénicas como un medio de expresión de los sentimientos y emociones poseen
distintas vertientes, donde se puede representar de forma efímera y viva un
espectáculo ante un público como fue posible observar anteriormente. Los
movimientos que acompañan la representación son los movimientos corporales,
gestuales que con o sin música o sonido pueden dar a comprender al espectador
la intención con la que se realizó el
espectáculo o puesta en escena.
Para
el teatro como para la danza y la pantomima es de gran importancia la movilidad
corporal y la tenencia de un espacio para la presentación del trabajo
artístico, preparar un ambiente apto y cómodo para el desenvolvimiento de los
movimientos corporal y que permita el entendimiento al espectador.
Referencias:
Diccionario de la Real Academia Española
Mantovani, A. (1993). Dramatización y Educación
Primaria. Madrid: Editorial Luis Vives.
Sefchovich, G. (1996). Expresión corporal y
creatividad. México: Editorial Trillas.
http://mx.groups.yahoo.com/group/dinamicas/message/24477:
‘’la animación una opción pedagógica’’. Valentín de Pablo. Fecha de visita:
26-06-2.012
http://www.swingalia.com/artes-escenicas/manifestaciones-y-caracteristicas-de-las-artes-
escenicas.php
: ‘’manifestaciones y características de las artes escénicas’’. (?). Fecha de
visita: 26-06-2.012
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